Hay quienes aseguran que los objetos tienen alma. Que su existencia, tan diferente a la de los seres humanos, guiada por el uso y el silencio, nos marca muchas veces de una manera irreversible. Que nos acompañan durante toda una vida, embelleciendo nuestros días, recordándonos momentos y personas importantes… Y que a veces, incluso, están destinados a unirnos a pesar de las distancias.
Ángeles Doñate regresa al panorama literario después de su éxito con El último vagón, tanto en libro como en Netflix, siendo una de las películas más vistas durante los primeros días de su estreno.
Con su novela La vida en una taza de té, nos explica las historias de Sakura, Karen y María, que transcurren por senderos paralelos. Podría parecer que no tienen nada en común y, sin embargo, sus existencias están unidas por un hilo frágil, pero a la vez indestructible: la presencia cotidiana de una tetera verde jade con canas de oro viejo. Un objeto que, lejos de ser insignificante, lleva impregnada una historia que se va tejiendo con las de todas las manos por las que va pasando.
Una historia que marcará la existencia de estas tres mujeres, que las acompañará en los buenos y malos momentos, les aportará belleza con la que iluminar sus pasos y les brindará ayuda para llenar sus vidas de sentimiento. En definitiva, les otorgará la fuerza necesaria para alcanzar sus destinos, del mismo modo en que la tetera viaja para alcanzar el suyo.
Una obra sobre encuentros y desencuentros, sobre las coincidencias y las casualidades de la vida que terminan ligándonos a personas e instantes completamente inesperados, y sobre la esperanza que surge en los momentos más duros.
¿Quién no tiene un objeto del cual no quiere desprenderse? Pues esta novela cuenta este hilo invisible que nos une a algo, y que sin quererlo nos relaciona con otras personas, casi sin saberlo. Pura magia.