Una historia en apariencia simple: una mujer a la que la vida parece tratar bien percibe la repetición de los hechos cotidianos como una detención y decide experimentar un año diferente. Día tras día actúa en esa dirección, hasta que se conecta con su proyecto personal y pasan a un segundo plano la casa junto al mar o un marido a su disposición. Su búsqueda acaba por tejer un espacio narrativo intenso en el que se entrecruzan la amistad, la relación madre-hija, las vicisitudes de la mujer en la empresa, las sombras y las ilusiones.

«No sabía qué quería, pero supe que estaba dispuesta a averiguarlo, Sumergida en una vida estable, yo era sin embargo una barca a la deriva. Para encontrar el rumbo, me describía en tercera persona. Decía: Elisa es…, Elisa cree…, Elisa vivió… No podía hacerlo en primera: Yo soy. Yo creo… Así, probé distintos enfoques. En realidad, no lo hacía con la intención de que las piezas resultantes encajaran, no hubiera sabido cómo. Me dividía en un conjunto de fragmentos que durante ese año pude ligar».