Friedrich «Fritz» Mandl es un joven austríaco que se hace cargo a sus 19 años de la destruida fábrica de armas de su padre. En apenas una década, llega a amasar una de las fortunas más grandes del planeta. Es rico, excéntrico, poderoso, mujeriego y astuto. Un personaje surrealista, adorado y temido por muchos. Durante la preguerra, en los años 30, entre su cartera de clientes cuenta con Mussolini, Hitler y Franco, entre otros. Entre sus amistades cercanas destacan nombres como Truman Capote, Hemingway, Orson Welles, Eva Perón y el general Perón.
En 1933, al ver la película Éxtasis, donde la actriz Hedwig Kiesler interpreta el primer desnudo total femenino y el primer orgasmo en la pantalla grande, se enamora de ella.
Hedy, era una joven bella y superdotada, estudiante de ingeniería y teatro. Tenía, además, una vida plagada de amantes. Tras filmar Éxtasis se casa con Fritz y viven una pasión desenfrenada; pero luego, a causa de las infidelidades y los celos, la relación toma un giro peligroso. Él la encierra en su castillo de Salzburgo, donde organiza los eventos, las reuniones y los negocios con políticos, empresarios y jueces.
Hedy logra escapar y así emprende su huida a través de Europa. A bordo de un transatlántico con destino a Nueva York conoce a Louis B. Meyer, presidente de la Metro Goldwyn Meyer; antes incluso de llegar a destino firman un contrato y ella se convierte en Hedy Lamarr, la mujer más bella del cine, que llegará a triunfar como famosa actriz en Hollywood.
Pero Hedy no es solo belleza y glamour, también es poder, inteligencia y trabajo. Además de cultivar su carrera como actriz, estudia ingeniería e inventa y patenta un sistema de comunicaciones para teleguiar torpedos y asegurar los contactos entre los aliados durante la guerra. En esta tecnología se basa el sistema que utilizamos hoy para comunicarnos con los teléfonos móviles, el Wi-Fi, el Bluetooth y el GPS.
Una historia verdadera que acontece entre una Europa en guerra, los Estados Unidos y Argentina.