Algunos libros llegan para quedarse. Para recordarnos que, incluso en los tiempos más oscuros, siempre habrá quien se atreva a encender una luz. Esa fue la premisa de La maestra, la novela con la que José Antonio Lucero conquistó a miles de lectores. Ahora, el autor regresa con El alumno, una secuela profundamente emotiva, necesaria y luminosa.

El alumno nos sitúa en septiembre de 1955. Roque, aquel muchacho problemático al que su profesora Lali salvó de una vida sin futuro, es ahora un joven maestro decidido a devolver al mundo lo que una vez recibió: una oportunidad. Su primer destino es una escuela rural en las montañas de Sevilla. Pero su vocación, sus métodos pedagógicos y su deseo de despertar mentes no tardan en chocar con la rígida estructura del sistema franquista. Roque no solo lucha por enseñar, sino por sobrevivir en un entorno donde pensar diferente puede ser peligroso.

Bajo la apariencia de una novela histórica, El alumno es una poderosa historia de amor por la enseñanza, de heridas que supuran en silencio, de secretos que duelen y de valentía. Porque Roque guarda un pasado que no lo suelta, un pasado que lo empuja a buscar algo que le fue arrebatado cuando era niño. Y en esa búsqueda, el lector se sumerge en un viaje emocional que conmueve y deja huella.

José Antonio Lucero, profesor de instituto y apasionado divulgador histórico, escribe desde dentro del aula y desde el corazón. Su experiencia como docente se traduce en autenticidad e historias cargadas de detalles que solo alguien que ha vivido la educación desde dentro puede transmitir. En El alumno hay tensión, ternura, esperanza y una verdad incuestionable: que educar, en según qué contextos, puede ser el acto más valiente de todos.

Para quienes amaron La maestra, esta novela es una continuación natural y, al mismo tiempo, una historia con entidad propia. Para quienes no leyeron la anterior, El alumno es la puerta perfecta para descubrir un universo narrativo honesto, comprometido y profundamente humano.

Una lectura imprescindible para quienes creen en el poder transformador de los libros y de los maestros.

El alumno de José Antonio Lucero