Cuando era pequeña, Purificación Hernández tenía dos sueños: hacer dibujos animados o ser tenista. Parecen dos cosas muy diferentes, pero si lo piensas bien no lo son tanto, porque en las dos profesiones se necesita tener una buena muñeca.
Más adelante, Purificación, se licenció en bellas artes, se especializó en grabado e hizo varios postgrados y cursos especializados en ilustración infantil. Empezó a mover su muñeca y a ilustrar e ilustrar… muñecas, muñecos, perros, gatos y todo lo que hiciera falta. Así, hoy, aparte de tener varios libros publicados y de trabajar para varias agencias de publicidad y estudios de diseño, parece claro que nunca va a ganar Wimbledon. Sin embargo, gracias a Lila (personaje creado por del Dr. E. Estivill y Montse Domènech), unas ilustraciones nacidas de sus muñecas ya se han convertido en una serie de dibujos animados.