Bajo el pseudónimo de A.V. Davina se esconde una larga historia de amistad y un amor infinito por la literatura y la fantasía.

Adelina Cortese Pons y Valentina Branca Vidal son las co-autoras que así firman la saga de Los Tres Privilegios. Ambas nacieron en Córdoba, Argentina, y su amistad queda reflejada en una sola anécdota: imaginemos a dos niñas de once años compartiendo el único ejemplar que tienen de Harry Potter y la Cámara Secreta, leyéndolo juntas en voz alta y turnándose un capítulo cada una. Esas son Adelina y Valentina.

A partir de ahí, que también acabaran escribiendo juntas era algo tan cierto e irrebatible como si hubiera salido publicado en la primera plana del diario El Profeta.

La primera semilla de Los Tres Privilegios fue plantada mientras estudiaban en la Universidad Sacro Cuore de Milán. Ambas cursaban Relaciones Internacionales, de ahí su interés por la diplomacia y las diferentes culturas, y llevaban años viajando, acumulando experiencias únicas como su voluntariado en la India, y escribiendo poemas e historias cortas. Pero fue una conversación concreta la que todo lo cambió. Cuando una le dijo a la otra: “¿Pero tú qué quieres ser, de verdad?”, a lo que ambas respondieron “Escritora”. Ese mismo día abrieron un Word en blanco y comenzó está aventura que vino a cambiarles la vida.

Hoy, trabajan en marketing y viven separadas por un océano de distancia, pero no dejan que nada de esto se interponga en su verdadera pasión. Cada viernes se conectan a través de una pantalla, como dos brujas modernas, para seguir creando a cuatro manos ese universo que nació de una sola pregunta. Y todos los días de la semana esperan con ilusión que llegue ese momento, porque si hay un lema que podría ir en el escudo de su estirpe mágica, este sería: «Los viernes se escribe».