Andrómeda es una adolescente misteriosa, como la galaxia, que no se relaciona con nadie. En clase, desde una mesa al lado de la ventana, observa el mundo a través de unas gafas de sol, como si no tuviese nada que ver con ella.

Héctor es otro elemento extraño en el instituto. Extremadamente amable y tímido no sabe comunicarse, quizá porque piensa que, de hacerlo, nadie le comprenderá. A la hora del recreo, se sienta solo en la parte más alta de las gradas del patio y mira el cielo, mientras sueña cómo podría conocer a la chica enigmática que va con él a clase.

Hasta que un suceso desafortunado los acerca para, después, separarlos de nuevo.

Cinco años más tarde, Héctor y Andrómeda se reencuentran y comienzan una relación que parece querer traspasar los límites de la amistad.