Barcelona, 1382. Francesca es una chica cristiana de quince años que ayuda su abuela Bonanada a hacer de comadrona. La abuela le enseña los secretos del oficio y la introduce en el dominio de las plantas curanderas, pero ella no tiene bastante, y a pesar de que vive en un entorno muy humilde, tiene la firme determinación de convertirse en médica y cirujana. Solo hay un problema: esta es una profesión reservada a los hombres y hacerse un lugar es casi una quimera.

Gracias a su oficio de comadrona, visita a menudo el Callo. Allá conocerá a Astruc, un chico judío proveniente de una alcurnia de médicos que quiere estudiar medicina. Los dos llegarán al acuerdo de compartir conocimientos: Francesca le enseñará todo el que sabe sobre plantas y él le dará acceso a sus libros. Pero la medicina no es su única pasión: Francesca está enamorada de Martí, su amigo de niñez, y con este amor se iniciará en la vida adulta, una vida trepidante llena de obstáculos, amor, traiciones y pasiones.

Basada en una historia real y con una narración absolutamente deslumbrante, Laia Perearnau nos adentra magistralmente en la Barcelona del siglo XIV, cuando las enfermedades causaban estragos, y nos hace vibrar con la vida de una mujer extraordinaria, llena de determinación, que luchó incansablemente contra los límites impuestos a las mujeres de su época.