Faltan unas horas para la medianoche. Por fin, después de varias tentativas frustradas, Amalia ha logrado a sus 65 años ver cumplido su sueño: reunir a toda la familia a cenar en Nochevieja. Una madre cuenta la historia de una cena y de los siete cubiertos que compartirán la entrada a una nueva vida que ninguno imagina. Alrededor de la mesa, Amalia entreteje con su humor y su entrega particular una red de hilos invisibles con la que une y protege a sus tres hijos, a su nuera y a su hermano, zurciendo los silencios de unos y encauzando el presente y el futuro de los otros. Sabe, como intuyen todos, que va a ser una noche larga, llena de secretos y mentiras, de mucha risa y fuegos cruzados, de confesiones de hijos que llegan tarde aunque a tiempo y de mensajes largo tiempo contenidos que por fin estallan para iluminar lo que queda por vivir. Sabe que es el momento de actuar y no está dispuesta a que nada la aparte de su cometido.
Un cartel luminoso que lanza mensajes desde una azotea junto al puerto, una silla en la que desde hace años jamás se sienta nadie, un hijo que para Amalia es la vida misma, una Barcelona de cielos violetas que conspira para que vuelva una luz que parecía apagada… Una madre no es sólo el retrato de una mujer que apostó en su día por la opción más difícil y a la que el tiempo ha recompensado con el poder de arropar a sus hijos como jamás soñó que le tocaría hacerlo, sino también un atisbo de lo que la condición humana es capaz de demostrarse y mostrar cuando ahonda en su mejor versión.